miércoles, 18 de junio de 2008



Disfrutar de la vida, amar profundamente, y atesorar en el corazón la calidez de cada atardecer para esperar confiada un nuevo amanecer, es y será el norte de mi vida.
Una vida plena, una vida de alegrías a pesar de todo, porque no hay tiempo para la tristeza, porque no hay tiempo para las lágrimas, solo se vive con la plena conciencia de dar lo mejor de si misma a tu familia, tu profesión, a tu país y porsupuesto ante todo al divino hacedor que con su infinita ternura me ha permitido existir en esta vida, y a quién día a día, noche a noche, le agradezco por abrir mis ojos, por respirar, por amar, por vivir.

Un poquito de poesia.

Una mirada, dos pasos, tres palabras, cuatro caricias, cinco suspiros, seis emociones, siete besos, ocho sueños, nueve promesas…….. 25 años …..un amor.

No te vas de mi mente, no consigo olvidarte a través de los segundos, no olvido tus caricias y tus besos....estás ahí y estarás mientras mis ojos puedan llorarte y mis manos recordar tu piel.

Claro.... encantar a los alumnos

Mis alumnos son fuente de mi alegría y mis sueños de maestra que desde muy pequeña sentí. Mis alumnos son la inspiración de un sol rural , de una tarde. Así , mutuamente entre mis alumnos y yo existe un especial encantamiento que no sólo lleva el cariño, la amistad y el respeto, sino que también el aporte pedagógico que en forma sencilla y humilde esta maestra rural ha depositado en ellos para brindarles las herramientas necesarias a sus inquietudes y desvelos. Mis alumnos, son esto y mucho más en mi trabajo, en mi hogar, en mi familia, en mi vida.sala de clases con vista a senderos , valles y llanuras de colores, de soles dorados, y lluvia plateada. Mis alumnos son un cuaderno y un lápiz con olor a leña, mis alumnos son el aliciente de una jornada plena, una sonrisa y una mano por las mañanas y una bendición de cosecha por la tarde. Mis alumnos son parte de mi familia, de mi hogar, y mi vida.